Carta de Mariano Ignacio Prado a la viuda de Miguel Grau (Arica, 14-10-1879)

 

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Muchos hechos históricos son desconocidos, o son poco difundidos, por intereses de grupo, por política educativa... Es nuestro deber acercarnos a la verdad histórica, a pesar que ciertos sujetos quieren ocultar o destruir las fuentes documentales. No conviene que se sepa la verdad.

En esta oportunidad, difundimos la carta que le envía el Presidente de la República, Mariano Ignacio Prado Ochoa a la viuda del contralmirante Miguel Grau Seminario, después del combate de Angamos. 

Le comunica a la señora Dolores Cavero que "hemos ganado un héroe". Esta afirmación nos lleva a una reflexión necesaria. Hasta la fecha nos vanagloriamos de tener héroes de la talla de Miguel Grau, de Francisco Bolognesi, de Leoncio Prado, de Gregorio Albarracín...

Justo lo que desean los adversarios contemporáneos del Perú: que sigan teniendo héroes en el mañana, en el ayer y hoy. Ello se resume en la mayoría de poemas patrióticos, donde se señala que están listos para morir, con tal de defender la bandera peruana, o cuando la Patria lo requiera. He ahí el pensamiento de retaguardia. Debemos de erradicar ese pensamiento derrotista. Nosotros debemos de fabricar héroes en el adversario externo. 

Arica, octubre 14 de 1879

Señora Dolores Cavero viuda de Grau

Lima

            Señora:

Acabáis de recibir un golpe mortal el distinguido esposo con que el cielo premió vuestra virtudes, ha dejado de ser vuestro compañero en la peregrinación de la vida.

Comprendo la intensidad de vuestro dolor por tan irreparable pérdida. Yo también, señora, lamento la desaparición de vuestro esposo y la considero como una desgracia nacional, pero al contemplar la heroicidad de su muerte; al oír el acento de admiración y gratitud que en coro levantan todos los corazones, se alivia un tanto mi pesar.

Hemos perdido un hombre, señora, y hemos ganado un héroe, que dignifica nuestro país y nuestra historia.

Si bien no hay consuelo para el profundo dolor que os abruma, queda para vos y vuestros hijos la herencia de un nombre imperecedero, la veneración de dos naciones, y de todos los que en el mundo admiran los hechos sublimes; os queda la patria, cuya gratitud se hará sentir en todo tiempo sobre vos y vuestros hijos; os quedan vuestros compatriotas, y entre ellos vuestro afectísimo amigo.

Mariano I. Prado”

(En Miguel Grau, el caballero de los mares (inédito)

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